Santo
Domingo de Guzmán ha sido representado a lo largo de la historia por los
mejores artistas de cada época. Cada uno lo ha hecho según su estilo, pero
utilizando siempre los elementos identificativos del fundador de la Orden de
Predicadores.
Cada símbolo representa una faceta fundamental de
la vida de Domingo y del carisma que puso en marcha en la Iglesia: la estrella
nos habla de la luz de la fe que quiso transmitir a aquellos con los que se
encontró; el libro de la importancia fundamental que para Santo Domingo
tuvo el estudio de la Palabra de Dios y de las ciencias humanas; el perro
con la antorcha de su misión como predicador; la azucena de su
pureza de vida...